Cuando me dijiste que eras una mezcla entre un pirata y un sabio, pensé que hablabas disparates y preferí concentrar mi atención en las luces de Carrera.
Sin embargo, entre más vueltas le doy al asunto, más razón te encuentro.
Y más triste me pongo porque no puedo decírtelo.
Ni eso, ni nada.
Maldita sea mi suerte.